6 de agosto de 2011

Milt Jackson (1923-1999), renovador del vibráfono


“Milt Jackson y yo nos conocimos en 1972 en el Nice Jazz Festival, cuando yo estaba tocando con Charles Mingus. The Modern Jazz Quartet andaba también en el festival, y me sentí bendecido por estar ante la presencia de Milt. Lo admiraba entonces como lo admiro hoy por sus extraordinarias habilidades musicales, su poderosa inteligencia y su maravilloso ingenio. Cuando él toca el vibráfono, siempre me sorprende la pureza de su sonido y la claridad de sus solos. Es una fuente de asombro lo mismo en una big band, en un grupo pequeño o a capella, dada la profundidad emocional de su música y la desvergonzada energía y alegría con la que toca.

“Milt es un tipo con los pies en la tierra y nostálgico, tal como uno de sus apodos —Bags (por las bolsas de sus ojos, que le daban un aire meditabundo— lo sugiere. Y es tan digno y elegante como un predicador dominical, de ahí que su otro apodo, The Reverend, lo testifica.

“Y siempre está en la frecuencia del bebop.

“Milt es una de las personas que te cuenta las mejores bromas, las más locas historias (como la vez que Dizzy Gillespie hizo emparedado el coche en que iban al chocar entre un tranvía y un camión... pero eso tendrá que esperar para otra ocasión), y prepara también la mejor tarta de durazno que yo haya probado. Milt es igualmente conocido por llevar comida a las giras, con el resultado de que salen un montón de 'Mmmm-Hmmms', no sólo por su música, sino también por sus artes como cocinero. Juega muy bien al pool y en un vuelo largo es capaz de vencer a una computadora en una mano de póker o de blackjack. Hemos compartido escenarios por todo el mundo y por cerca de una década hemos vivido en una área común de Nueva Jersey, donde somos vecinos. Él es también mi maestro en muchos sentidos. Pero ante todo, me siento honrado de decir que somos amigos y que lo quiero".

Las palabras anteriores son del trompetista y director orquestal Jon Faddis, quien para la revista Down Beat habla largo y tendido con Milt Jackson acerca de sus inicios y su proteica carrera que comprende, entre otros instantes, su seminal labor como integrante y cofundador del Modern Jazz Quartet, además de una amplia gama de colaboraciones al lado de Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Thelonious Monk y Coleman Hawkins.

Para cualquier escucha atento al jazz, acercarse a esa entrevista, efectuada a lo largo de una semana en el hogar de Bags, en Teaneck, Nueva Jersey, es ahora no sólo conocer los secretos de un músico interesado en alimentar su alma y su cuerpo, sino también es una forma de rendir homenaje al mismo Milt Jackson, quien falleció a los 76 años a consecuencia de cáncer en el hígado.

Considerado, tras la irrupción del bebop en la escena, como el inventor del lenguaje moderno del vibráfono, Milt Jackson trazó el camino que luego seguirían músicos como Gary Burton, Bobby Hutcherson, Terry Gibbs y Mike Mainieri, mas el estilo que cultivó en el Modem Jazz Quartet —delicado, como si de astillas sonoras se tratara—, no era sino una de las caras de la moneda. Pues los proyectos que él comandó, y que conforman una amplísima discografía, muestran a un intérprete lleno de blues y swing, cual brillante alumno de su más preciado antecesor: Lionel Hampton.

"Originalmente empecé como cantante, haciendo un dueto de gospel con mi hermano Alvin cuando yo tenía apenas siete años. Entonces a los once o doce me acerqué al piano... hasta que se acabó el dinero. El resto de mi educación musical lo obtuve en la secundaria", declaraba Jackson a un periódico británico en 1978.

"Y terminé tocando el vibráfono porque es el instrumento que más se acerca a la voz humana, con una excepción: una vez que un cantante adopta un estilo, usualmente no lo cambiará mucho, pero con el vibráfono hay mucha variación y puedes improvisar sin fin".

Cuenta la historia que en 1945 y haciendo sus pinitos corno pianista y guitarrista en The Four Shaps, Dizzy Gillespie lo conminó a que cambiara de método expresivo y tomara el vibráfono para trabajar en dos proyectos suyos: un sexteto y una big band. La experiencia le dio las herramientas para revolucionar su instrumento (todos coincidieron en señalar que bajo su guía el vibráfono adquirió un sonido orgánico, rico, cálido y sin precedentes), y la cohesión que halló en la sección rítmica del pequeño combo —John Lewis (piano), Ray Brown (contrabajo) y Kenny Oark (batería)— lo animaron para seguir a Lewis en su proyecto, cuando éste decidió trabajar con un formato de cuatro músicos.

The Modem Jazz Quartet, compuesto por Lewis, Clark, Jackson y Percy Heath (contrabajo) en1952, buscó —en palabras del mismo vibrafonista a Faddis— “darle otro nivel de respeto a la música y hacerla cautivadora para, un público más amplio". Música casi de esferas, la del Modern Jazz Quartet (MJQ) se caracterizó por su delicadeza y por incorporar obras (o fragmentos de las mismas) de autores como Bach y Mozart. Sin embargo, las ideas regidoras de John Lewis no eran precisamente terreno de comunión. Milt Jackson, en una entrevista realizada en 1995 por el New York Times, recordaba la ambivalencia que había al interior del grupo: "No quiero ser grosero con nadie, pero nunca me he vuelto loco por tocar a Bach... ese no es mi background. Bach era ideal para el MJQ y éste era enteramente una idea de Lewis".

Pese a las fricciones, el MJQ tuvo una larga vida: grabó más de 25 álbumes, casi todos para el sello Atlantic Records, se desbandó en 1974, cuando Lewis lo abandonó, pero se reunió nuevamente en los ochenta y tuvieron su presentación final en 1995. Al margen del MJQ, Milt Jackson creó, como líder solista de varios proyectos, una paleta sonora variada y llena de sublime espectacularidad. En 1969 su álbum That's The Way It Is obtuvo un Grammy y durante esta década trabajó en múltiples planos con el productor Quincy Jones, incluyendo el redondo Explosive! (Qwest) con la Clayton-Hamilton Jazz Orchestra.

Discos, palabras y el sonido de su vibráfono quedan como herencia. No es poco.

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