25 de julio de 2008

Carl Stalling, nuestro primer maestro de música

Además de que el Pato Lucas siempre será más humano —por celoso, traidor y ambicioso— que cualquier personaje de Disney, las viejas caricaturas de Warner nos dieron un regalo adicional: los collages sonoros de Carl Stalling.




"Y aquí... le cae un yunque"

Carl Stalling (1888-1974) ha trascendido el mero calificativo de musicalizador de caricaturas para instalarse como uno de los autores visionarios del siglo XX.

Atraído desde la infancia por la música, Stalling hizo suyo como único compañero a un destartalado piano de juguete, pero cuando a los cinco años vio el filme The Great Train Robbery, se desató su segunda pasión: las imágenes en movimiento. En 1910 fue contratado como pianista en un cine para que amenizara los intermedios y puntualizara las acciones que un público aún sorprendido descubría en la pantalla. Ese entrenamiento le permitió afrontar el reto de encajar la música en el lenguaje visual. Una década más tarde, en el Isis Theater en Kansas, ya dirigía su propia orquesta e improvisaba los acompañamientos a las comedias aún silentes. Allí conoció a Walt Disney, quien lo invitó a musicalizar varios cortos. En ellos, Stalling desarrolló una técnica que le permitió hacer la música incidental aún cuando el filme no estuviera concluido. Con prodigioso talento, el compositor recurría al guión de la caricatura y atendiendo a la secuencia de cada fotograma creaba en el piano el armazón básico de la partitura y de allí pasaba a la orquesta, con los arreglos de Milt Franklyn.
En 1936, Stalling arribó a los estudios de Warner Brothers para hacerse cargo de la dirección musical del departamento de animación. Con él comenzó a concretarse la época de oro de Warner, pues en unas oficinas que más parecían barracas, un equipo de orates —compuesto, entre otros, por Leon Schlesinger, Robert McKimson, Tex Avery, Chuck Jones y Mel Blanc— dio vida a personajes entrañables como El Pato Lucas, Bugs Bunny y Porky, alejándose del cartabón impuesto por Disney y dejando que la anarquía más contagiosa y admirable se instalara en el corazón del auditorio.
Durante 20 años de trabajo para Warner, Stalling elaboró más de 600 bandas sonoras para cortos de animación (un promedio de una partitura a la semana). Al respecto, él mismo señaló el 90 por ciento del material utilizado era original, mientras que el resto consistía de melodías populares, compuestas por Raymond Scott y Billy Rose. Pero también digno de encomio fue su trabajo de edición con música clásica de distintas épocas y regiones. Cualquier caricatura bajo su tutela, contiene en unos minutos obras de Johann Strauss, Tchaikovsky, Wagner, Rossini, Donizetti y Von Suppe, por no hablar de su ilimitada capacidad para incorporar valses, polkas, melodías hawaianas, canciones españolas, country, hillbilly, jazz y ritmos africanos.












La música de Carl Stalling yace en la memoria de muchos de nosotros y para activarla basta acercarse a cualquiera de los álbumes disponibles en el mercado (The Carl Stalling Project Volume 1 y Volume 2; Bugs Bunny On Broadway y That's All Folks! Cartoon Songs from Merrie Melodies & Looney Tunes) o, si se tiene sensibilidad avezada, a los discos de Naked City (proyecto de John Zorn) y Fântomas, hijos espirituales de ese hombre que, igual que Spike Jones, dirigía con la diestra y en la otra mano portaba un revólver... para motivos de efectos sonoros.

9 comentarios:

rogelio garza dijo...

mi primer ticher musical fue Cri Cri, hasta donde recuerdo.

pero a este maestro lo escuché sin tener la conciencia de ello por estar metido en las caricaturas. claro, uno quedaba envuelto en ellas como resultado de su aportación musical, pero en esos momentos ignoraba la importancia de la pista sonora para las imágenes en movimiento. por eso digo que la música es movimiento.

saludos!

Sonic Reducer dijo...

Razón tienes, Rogelio. Mi primer maestro musical, y además de fonética, fue también Cri-Cri. A los dos años llegó a mis manos una box-set (jaja) con nueve vinilos y un libro con los cuentos y canciones de don Gabilondo Soler, con narración de Manuel Bernal, "El declamador de América". El contenido es más que alucinante. Se nota que este hombre, además de conocer todo tipo de gèneros y ser un arreglista bestial, leía poesía, particularmente del periodo modernista, pues su letras poseen tal riqueza... Haré un post sobre Cri-Cri. Y bueno, de Cepillín carezco de autoridad para hablar... ya estaba yo crecidito cuando irrumpió él en las pantallas.
Saludos.

Anónimo dijo...

excelente, hasta que por fin encuentro un blog interesante!!!

saludos a todos los lectores melòmanos!!!

Elis D. dijo...

Supongo que Cri-Cri es de todos, a mi me toco tambien en mis primeros años acompañar las horas con Enrique y Ana (?) cosas de los padres, pero las caricaturas que a mi humilde punto de vista, las de la warner en sus inicios tienen un encanto magico, resultan inolvidables y la musica como vehiculo para que esto ocurra tambien,ya me tocaron en los 80`s y nunca tube cable aun asi antes como no habia mucha produccion en Mexico, rellenaban los espacios televisivos con puras Fantasias Animadas de Ayer y hoy, jeje!

Saludos, y muchas gracias por el blog, cada dia se aprende algo nuevo!

Guffo Caballero dijo...

Muy ineteresante lo que pusiste en mi blog sobre México, la ley y las marchas. En verdad lo aprecio y concuerdo en ello.
Te mando un saludo.

Drömma-Lotta dijo...

I don't understand a word your saying but I can see you are all about music and likes Camilla Engman and Studio Violet :)
So nice!
Gretings from Gothenburg/Sweden

Alejandro Palizada dijo...

raymond scott es la onda

MBI dijo...

Interesante y y y ...
te anoto

G Velázquez dijo...

hacen falta posts... se extraña la solemnidad...