tag:blogger.com,1999:blog-195864802024-02-19T19:07:30.424-06:00Café negro en la camaLa música, filia mayor.Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.comBlogger27125tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-45763388232532698252013-11-06T12:45:00.000-06:002013-11-06T13:01:19.045-06:00George Harrison y sus sombras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOeGCVlaHX_LWmHX5niyzMM-KDRYNbdI1HmFyWKILoSBGu54qj6YVYiLtb9GR8J29Rims4jF7BOEQfJwnP7_l_xerjBfvSkOVyG7GckdLOm6QRz66fLwcA6NQrMYUh2R5x9-4WsA/s1600/george-harrison-material-world.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOeGCVlaHX_LWmHX5niyzMM-KDRYNbdI1HmFyWKILoSBGu54qj6YVYiLtb9GR8J29Rims4jF7BOEQfJwnP7_l_xerjBfvSkOVyG7GckdLOm6QRz66fLwcA6NQrMYUh2R5x9-4WsA/s1600/george-harrison-material-world.jpg" height="247" width="320" /></a></div>
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<strong>I En la escuela de lobos</strong><strong> </strong><br />
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A pesar de que la agonía de George Harrison fue larga, o al menos la inminencia de su deceso fue anunciada con malsana anticipación, los balances y recuerdos editados después del 29 de noviembre de 2001 se centraron en su etapa Beatle —con énfasis en lo hecho a partir de <i>Rubber Soul </i>(Parlophone, 1965) hasta la grabación postrera de los <i>Fab Four</i>, <i>Abbey Road </i>(Apple, 1969); es decir, de su interés por la cítara hasta dos de sus temas más reconocidos: “Something” y “Here comes the sun”— y en el álbum triple <i>All Things Must Pass </i>(Apple, 1971), techo de su creatividad que demostró cuánto material había desdeñado la dupla Lennon-McCartney o hasta dónde había decidido guardar silencio el autor de “If I needed someone”.</div>
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Pero, las pregunta inminentes son: ¿y qué hay de los demás álbumes en plan de solista?, ¿por qué los panegíricos no se han volcado hacia <i>Dark Horse </i>(Apple, 1974), <i>George Harrison </i>(Warner/ Dark Horse, 1979), <i>Somewhere in England </i>(Warner/ Dark Horse, 1981)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o <i>Gone Troppo </i>(Warner/ Dark Horse, 1982)? y, ya en terrenos más locales, ¿por qué ni en “La estación de los Beatles” se ha dedicado el tiempo suficiente a la obra de Harrison lejana del amparo de The Beatles o de los Traveling Wilburys?</div>
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La respuesta, si se quiere ser sutil, es que lejos de los lobos, Harrison empezó a aullar de manera distinta, más callada y menos brillante que en el periodo Beatle. Y es que si bien bajo la mirada de Lennon y McCartney sus intervenciones fueron mínimas —apenas veintidós temas suyos están inscritos en la discografía oficial del cuarteto—, también es innegable que el espíritu de competencia le obligó entonces a ofrecer composiciones temerarias (“Only a northern song”, “It’s all too much” y “Blue jay way” son barrocos <i>trips</i> de psicodelia pura) y alusivas a la realidad de manera sarcástica (“Taxman” y “Don’t bother me”) que en su posteriores álbumes serían ya <i>rara avis</i>.<br />
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A pesar de que tras la desaparición oficial de The Beatles, Harrison fue quien menos lo lamentó públicamente —“El grupo había empezado como una especie de vehículo para hacer muchas cosas cuando éramos jóvenes, pero había llegado a un punto en que nos estaba ahogando. Había demasiadas restricciones. El grupo tenía que autodestruirse y yo no me sentía mal por el hecho de que alguien quisiera dejarlo, porque yo también quería marcharme”, declaró en <i>Anthology </i>(2000)—, es obvio que <i>All Things Must Pass </i>fue la mejor grabación derivada de esa experiencia, compartiendo con ella incluso conexiones más allá de lo anímico: el productor de ese álbum fue Phil Spector, el mismo que estuvo detrás de la consola de grabación en <i>Let It Be </i>(Apple, 1970), y Ringo Starr, en la batería, se solidarizó con su amigo, compartiendo espacio con sus colegas Ginger Baker y Alan White.<br />
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La aparición de álbumes de los ex miembros de The Beatles ha suscitado desde 1970 un interés fuera de lo común entre los devotos y la prensa, dándoles de manera regular (con excepción de Starr) un primer sitio en las listas de ventas. Empero, en el caso de Harrison la distancia entre el fanatismo y la crítica ha alcanzado zonas de alejamiento descomunales. En <metricconverter productid="1973, a" w:st="on">1973, a</metricconverter> la aparición de <i>Living in the material world </i>(Apple, 1973), que a los días de lanzado consiguió disco de oro, Robert Hilburn, de <i>Los Angeles Times</i>, escribió: “Una producción cuidada, una musicalidad experta y otros elementos de camuflaje en la grabación pueden darle a una canción ordinaria bastante encanto superficial para hacerla grata a la luz del casual mundo de la música pop... Canciones luminosas, pero sin sustancia”.<br />
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Esa falta de esencia está proyectada, lamentablemente, en buena parte de la discografía de Harrison. Y si es cierto que por un lado el deceso le dará un inefable carácter de invulnerabilidad a su legado, no se puede soterrar el hecho de que, además de “My sweet Lord”, el mayor éxito de Harrison llegó en 1981 cuando para promover <i>Somewhere in England </i>(Warner/ Dark Horse) lanzó un elogio de simplona melodía en honor de John Lennon<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>—“All those years ago”— que llegó hasta el segundo lugar de <i>Billboard </i>y allí permaneció durante tres semanas. De nuevo el aire de The Beatles, de nuevo la atención de todos.<br />
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Mas lo que el espíritu mistificador tardará en sepultar es que esa canción no nació pensada originalmente en recuerdo del autor de “Instant karma”. <i>Somewhere in England </i>estaba planeado para aparecer en noviembre de 1980, pero Warner Bros. le regresó a Harrison la grabación alegando que la calidad de cuatro temas allí incluidos —“Flying hour”, “Lay his head”, “Sat singing” y “Tears of the world”— era “indigna”. El compositor regresó al estudio para grabar cuatro tonadas: “Blood from a clone” (diatriba contra los ejecutivos que pasó desapercibida a los censuradores del mismo Harrison) , “Teardrops”, “That which I have lost” y una más dedicada a Ringo Starr que después del asesinato de Lennon el ocho de diciembre de ese año fue reajustada. Tal vez para saldar la deuda con el bonachón baterista, en <i>Cloud nine </i>(Warner/ Dark Horse, 1987), álbum que grabó seis años después, ofreció un visión más amable de su paso por The Beatles con “When we was Fab”.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr9OyYbopUsRXQYsLicDopHIeeRDwlJ5d7QPTnH6H6Vwgu-PrNuBygNOAcAvLX4e19Em_Pr2_dfvCFwXw1rlQXT35jSysRmjmJPFeM9xtEHdBTq_0I_WB9Rc5YzJElNur8YA6Sng/s1600/george-harrison.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr9OyYbopUsRXQYsLicDopHIeeRDwlJ5d7QPTnH6H6Vwgu-PrNuBygNOAcAvLX4e19Em_Pr2_dfvCFwXw1rlQXT35jSysRmjmJPFeM9xtEHdBTq_0I_WB9Rc5YzJElNur8YA6Sng/s1600/george-harrison.jpg" height="320" width="268" /></a></div>
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<strong>II<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Maestro retirado a los 28 años</strong><br />
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Los sumandos de The Beatles abrieron brecha como conjunto, pero como solistas tuvieron que cargar con un cariz institucional que sólo les permitió ratificar en algunos puntos la grandeza alcanzada anteriormente. Con ese estigma, McCartney siguió siendo el romántico, Lennon el irreverente y mordaz, Starr el <i>clown </i>y Harrison el místico.</div>
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Semejante lectura, por supuesto, es equívoca. The Beatles no constituyeron un acto circense en el que cada integrante tuviera asignado un papel con límites precisos. Particularmente cuando dejaron de dar recitales y con ayuda de George Martin entendieron que el estudio de grabación era un instrumento más, su música cambió.</div>
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En ese proceso, en que la cítara le dio al músico una identidad ligada a la religión hindú, hay también un hecho insoslayable y también marginado por quienes ven en el autor de “I want to tell you” solamente a un ser resentido: George Harrison fue el guitarrista líder de The Beatles. Eso quiere decir que a pesar de que los temas eran de la conocida dupla, el timbre, el <i>vibrato</i>, el <i>slide </i>y —en suma— el solo de seis cuerdas, llevan su rúbrica.</div>
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Del matinal rasgueo de “Here comes the sun” a la explosiva introducción de “Revolution”; de las seis notas reflexivas que acentúan “In my life” a la oscura petición en “Get back”; de la melodía pre-psicodélica de “Paperback writer” al crispante solo de “Hey bulldog”; de la marcial entonación de “Getting better” al festín de <i>feedback </i>en “It’s all too much”; del contracanto sardónico en “She came in through the bathroom window” al latigazo de ruego en “Oh Darling”, y del sordo <i>slide </i>en “For you blue” al misterioso <i>fade </i>de “I’m only sleeping”, la guitarra de Harrison ha dejado huellas imborrables en las circunvoluciones craneanas de individuos como Chris Difford y Glenn Tilbrook (de Squeeze), Andy Partridge y Dave Gregory (XTC), Neil Finn (Crowded House), Paul Weller (The Jam), Roger McGuinn (The Byrds), Alex Chilton (Big Star) y Norman Blake y Raymond McGinley (Teenage Fanclub). Es decir, se convirtió en el guía de seis cuerdas para muchos cuando apenas tenía 28 años.</div>
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Sin ejecutantes, los autores musicales no existirían. Sin George Harrison un capítulo crucial de la música del siglo pasado estaría incompleto. Pero es innecesaria la especulación. The Beatles existieron, su música se mantiene incólume y ese aprendizaje le sirvió al guitarrista para advertir desde su interior: “Desde un punto de vista general importaría muy poco que nunca hubiésemos grabado un disco o cantado. Eso no es lo que cuenta. A las puertas de la muerte necesitarás algún tipo de guía espiritual y conocimientos que abarquen más allá de los límites del mundo físico. Desde esa perspectiva da igual si eres el rey de un país, el sultán de Brunei o uno de los fabulosos Beatles, lo que cuenta es lo que se lleva dentro. Para mí, algunas de las mejores canciones son las que todavía no he escrito, y da lo mismo si nunca llego a escribirlas porque no son más que meras pinceladas en un cuadro enorme”. *</div>
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Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-38659630234058701352011-08-06T12:48:00.001-05:002011-08-06T12:50:27.845-05:00Milt Jackson (1923-1999), renovador del vibráfono<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtuXgJ7gvJIzhnGURkulU7sF-4R7JwQCSeagEw1XMBNVUsGath47RquZx_GpFK5qvNUI39V9zGjwUx5I1hsa6vEweYQrPVPrlHFUojJuB1GXmsAlu-JXoz5a87ZQLolOQBl9yXyA/s1600/milt.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="443" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtuXgJ7gvJIzhnGURkulU7sF-4R7JwQCSeagEw1XMBNVUsGath47RquZx_GpFK5qvNUI39V9zGjwUx5I1hsa6vEweYQrPVPrlHFUojJuB1GXmsAlu-JXoz5a87ZQLolOQBl9yXyA/s640/milt.jpg" t$="true" width="640"></a></div><br>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Milt Jackson y yo nos conocimos en 1972 en el Nice Jazz Festival, cuando yo estaba tocando con Charles Mingus. The Modern Jazz Quartet andaba también en el festival, y me sentí bendecido por estar ante la presencia de Milt. Lo admiraba entonces como lo admiro hoy por sus extraordinarias habilidades musicales, su poderosa inteligencia y su maravilloso ingenio. Cuando él toca el vibráfono, siempre me sorprende la pureza de su sonido y la claridad de sus solos. Es una fuente de asombro lo mismo en una big band, en un grupo pequeño o a capella, dada la profundidad emocional de su música y la desvergonzada energía y alegría con la que toca.</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br>
<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2011/08/milt-jackson-1923-1999-renovador-del.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-74053275086944757412011-06-30T15:54:00.000-05:002011-06-30T15:54:57.963-05:00A 15 años del último viaje de Timothy Leary<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHXY5s7JW8tSuOmgCzlQnVj-FN12BBTcK037oqo0EDHDfQwkUF8CX09fhWC5ku2j1XORoX-59h8MPR1V6i04d9V3O4GrX4MBjUCuNMuTOBABLD-5a5O6S2jlVl0MrsFIBzXKXOPA/s1600/leary1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="277" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHXY5s7JW8tSuOmgCzlQnVj-FN12BBTcK037oqo0EDHDfQwkUF8CX09fhWC5ku2j1XORoX-59h8MPR1V6i04d9V3O4GrX4MBjUCuNMuTOBABLD-5a5O6S2jlVl0MrsFIBzXKXOPA/s400/leary1.jpg" width="400"></a></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><br>
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: Calibri;"><span style="font-family: Arial;">Estados Unidos se queda sin <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hombres peligrosos<o:p></o:p></i></span></span></b></div><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial;">Ayer, 31 de mayo de 1996, a consecuencia de cáncer de próstata, falleció el hombre al que Richard Nixon alguna vez calificó como "el más peligroso en América": Timothy Leary. <o:p></o:p></span></span><br>
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<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial;">Sin haber podido concretar su amenaza de suicidarse ante la Internet —acto que planeaba como su último signo de rebeldía—, Leary falleció cuando dormía, y según declaraciones de su amiga Carol Rosin, sus últimas palabras fueron: "¿Por qué no?" y "Sí". Mas fiel a su consigna emitida en su <i style="mso-bidi-font-style: normal;">home page</i>, que puede consultarse en Internet, sus últimos momentos de vida fueron registrados en video, de manera que podrán ser vistos en el directorio </span></span><a href="http://leary.com./"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: windowtext; font-size: 12pt; line-height: 150%; text-decoration: none; text-underline: none;"><span style="font-family: Arial;">http://leary.com.</span></span></b></a><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: windowtext; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></b></div><br>
<a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2011/06/15-anos-del-ultimo-viaje-de-timothy.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-58699973554862643992010-03-14T00:03:00.014-06:002011-06-07T19:39:11.454-05:00Ute Lemper: "Canto para enfrentar la historia alemana"<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0sTr8tSWw509F04y8nqIsXQcLJoLYVqBBzvnnYLy8uDKJYnjmDuL2qBsp4Kj990u-EwU-4alSElWwswdt-DIU7LnwoLQqC_YhgGOnHwApEwam3bETxxR2zba6qIgc6sqgzC4dmA/s1600-h/ute.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5448764505358832322" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0sTr8tSWw509F04y8nqIsXQcLJoLYVqBBzvnnYLy8uDKJYnjmDuL2qBsp4Kj990u-EwU-4alSElWwswdt-DIU7LnwoLQqC_YhgGOnHwApEwam3bETxxR2zba6qIgc6sqgzC4dmA/s320/ute.jpg" style="display: block; height: 287px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 320px;"></a><br>
<div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Es <em>vamp</em> por herencia espiritual y es también símbolo de una minoría alemana que voltea con regularidad al pasado para encontrar las más punzantes e inteligentes muestras de lo que la diversión, al amparo de la democracia, puede llegar a ser. </div><br>
<a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2010/03/ute-lemper-las-obras-de-ayer-son.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-65111116236427705442010-02-14T17:20:00.007-06:002011-06-07T19:41:23.959-05:00Kurt Weill, cronista de la corte de los milagros<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLmny9ATfGyHi8oYboS159BWqgfUdoDRdjDD_Eieh40u-jEvLcIX8Klf7_YBFWpkllQOTxDlSY6zKKcUfcmss_aAtGApVnSPPWuUcKWe5HrR-yVh_XMo0laqS8axXUCLKAi8mFcw/s1600-h/weill_kurt.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5438246264912924610" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLmny9ATfGyHi8oYboS159BWqgfUdoDRdjDD_Eieh40u-jEvLcIX8Klf7_YBFWpkllQOTxDlSY6zKKcUfcmss_aAtGApVnSPPWuUcKWe5HrR-yVh_XMo0laqS8axXUCLKAi8mFcw/s320/weill_kurt.jpg" style="display: block; height: 320px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 278px;"></a></div><div align="justify"><br>
Su obra más memorable, escrita entre las décadas de los veinte y treinta del siglo XX, fue pródiga en asuntos que más tarde el rock, interesado en retratar la vida en los márgenes de la moral y la ley, recogió. Sus personajes más célebres son prostitutas, padrotes, tahúres y ladrones.<br>
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</div><a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2010/02/kurt-weill-cronista-de-la-corte-de-los.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-91613361329187106012009-12-31T01:26:00.004-06:002011-09-21T11:28:54.124-05:00Anita O'Day, sobreviviente<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHTHRYKAt9_46Aqhw3fg2Ue84K-YTVVBhinjmHiIsCpCo4g5T4QlUYwamyIGTAHfhawXAlU1UZcgJBZOgw9I-dp1kVicEOWjmUZ7zfTxcyxpRxE_l0B880rNq9fWArqR7Wm1GrZw/s1600-h/anitaoday.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5421304178641385730" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHTHRYKAt9_46Aqhw3fg2Ue84K-YTVVBhinjmHiIsCpCo4g5T4QlUYwamyIGTAHfhawXAlU1UZcgJBZOgw9I-dp1kVicEOWjmUZ7zfTxcyxpRxE_l0B880rNq9fWArqR7Wm1GrZw/s320/anitaoday.jpg" style="cursor: pointer; display: block; height: 256px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 320px;"></a><br>
La aparición del álbum antológico <em>Finest Hour </em>(Verve, 2000) ha contribuido a la coronación, ciertamente tardía, de una de las cantantes de jazz más notables y jubilosas. Con una carrera llena de altibajos, enredada durante ocho años con una droga dura sólo por la necesidad de alejarse del alcohol, y una resistencia superior a la de muchos de sus contemporáneos, O’Day, gracias a este redescubrimiento, sigue musitando insinuaciones con su flexible y ronco timbre.<br>
<br><em>Cuando empecé a trabajar nuevamente en el Starlite, andaba un poco perdida. Comencé a alternar con todos los personajes del bar: vendedores de droga y sus clientes, no siempre músicos. Eran tipos que querían conocerme porque pensaban que yo tenía dinero. Me invitaban a fiestas donde había mucha droga y bebida. Por supuesto, agarraba unas borracheras de miedo y no puedo jurarlo, pero creo que en un par de ocasiones tragué heroína.</em><br>
<em></em><a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2009/12/anita-oday-sobreviviente.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-88800071301532479312009-07-20T17:58:00.009-05:002011-09-21T11:32:10.159-05:00Éxitos lunáticos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXpOUlciAj7Czalfe2igiSFAlPTAlhfXp8JoNfyrnFkFq1kIZBHfLDZTQOqiHk2RfvC9_3sg5X-aZKakbgMd0Cigrf0XbfImLPT0zF38346KIcNFPf3HiIoEW3ndgfI2XWOuKrTQ/s1600-h/pisada.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360688050497006514" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXpOUlciAj7Czalfe2igiSFAlPTAlhfXp8JoNfyrnFkFq1kIZBHfLDZTQOqiHk2RfvC9_3sg5X-aZKakbgMd0Cigrf0XbfImLPT0zF38346KIcNFPf3HiIoEW3ndgfI2XWOuKrTQ/s200/pisada.jpg" style="float: left; height: 144px; margin: 0px 10px 10px 0px; width: 200px;"></a> Desde tiempos inmemoriales, trovadores, poetas, juglares y músicos de todo género le han adjudicado a la luna virtudes que cualquier astrónomo descalificaría con una sonrisa desdeñosa. Sin embargo, como más se aprende por el oído que a través de los libros de ciencia, la música ha encontrado en nuestro satélite un pretexto magnífico para ponderarlo como faro nocturno atento a la gloria del amor, al despecho y a la soledad.<br>
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Arduo y más allá de los límites de este humilde blog sería lanzarse a la elaboración de una antología de canciones que tengan en la luna su central protagonista. Por ello, prefiero ceñir el territorio a la lista del Top 40 de la revista Billboard durante los últimos 50 años,* explorando exclusivamente las grabaciones que en Estados Unidos tuvieron relevancia y que, aun de rebote, han llegado hasta acá. La relación no es, con todo, absoluta, pero sí deja constancia de que si no es de queso, la luna sigue siendo para muchos un territorio donde, tal vez para vencer la ausencia de fuerza de gravedad, el suelo está inundado de miel.<br>
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<a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2009/07/casi-50-anos-de-exitos-lunaticos.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-61806023704171830002009-06-29T17:47:00.005-05:002009-06-29T18:13:18.795-05:00Réquiem por un hombre-industriaSuena en este momento "Remember the time", de Michael Jackson, en la mejor versión que conozco: con Lester Bowie's Brass Fantasy, que incluye bestiales solos de Bowie en la trompeta y de Luis Bonilla y Frank Lacy trombones (puedes bajarlo <a href="http://avaxhome.ws/music/jazz/lester_bowie_brass_fantasy-the_fire_this_time.html">aquí</a>, en Flac o MP3). No hay en casa, de hecho, un solo álbum de MJ como solista. Hay, sí, antologías de Motown donde reluce él con sus hermanos.<br /><br />Jackson fue uno de esos personajes cuya continua exposición en los medios —centrados en sus filias y fobias, en sus gestos excéntricos, en la pigemntación de su piel, en su vida que de privada no tenía mucho— le restó credibilidad a su quehacer. Su carácter como compositor, intérprete y <em>entertainer </em>quedó sepultado por arrebatos que llegaban —muy cribados— a nosotros luego de transitar por el no menos deformante lente de las agencias de noticias y de los redactores de periódicos o noticiarios.<br /><br />Para la generación que le tocó ser púber y adolescente en los 80, la noticia del deceso de MJ ha sido tan impactante como lo fue la del nueve de diciembre de 1980 para la mía. Al pasmo de sus fans se añade el hecho de que MJ pensaba regresar a lo suyo, la música, con una extensa serie de conciertos de despedida en Londres y que, de vez en cuando, daba señales de querer limpiar el estercolero amarillista en que se había convertido su imagen pública.<br /><br />Jackson, igual que Prince, no pudo saltar del peñasco de los 90 al nuevo siglo. Proeza que sí consiguió Madonna. Mas para la historia de las enciclopedias (hoy amenazadas por la aparición de grupos como esporas en la red) quedan sus pasos firmes en muchos terrenos: sin él y sin "Thriller" o "Beat it", la evolución del video-clip habría sido otra; los récords de ventas de sus álbumes grabados en los 80 no sólo importan por sus millones de dólares, sino porque su presencia en millones de hogares representó un reconocimiento contemporáneo a la cultura pop negra regida por el mercado.<br /><br />MJ, como Elvis Presley, fue un hombre-industria: reformó al mundo del entretenimiento con el apoyo de poderosos artífices (el productor Quincy Jones fue decisivo en <em>Off the Wall</em>). Pero a diferencia de Presley, intentó, en vano, preservar vivo a su niño interno y el rancho Neverland pasó de ser su paraíso a un campo de batalla mermado por la usura informativa.<br /><br />Con frecuencia, y en tono carente de corrección política, me he preguntado qué hay en la mente de un fan de MJ para seguirlo respetando cuando las muestras de su ego y de comportamiento habían sido tan accidentadas. En lo musical, que es lo que importa, su álbum <em>HIStory </em>fue un pastelazo que acabó en la cara del emisor.<br /><br />Vendrá un caudal de opiniones y de remembranzas. Es deseable que cuando la blablería (esta nota es un ejemplo) se aplaque, lo que quede a flote sean sus canciones y sus innovaciones. Y que sus tropiezos, a fuerza de ser repetidos y malinterpretados, se conviertan sólo en un anodino anecdotario.<br /><br />El 9 de diciembre de 1980, en el programa <em>El lado oscuro de la luna</em>, en Radio Educación, Emilio Ebergenyi leyó el guión preparado a toda prisa por Juan Villoro y Claudia Aguirre. Parafraseo mínimamente el final de ese programa, pensando en los fans de MJ:<br /><br />“Michael Jackson ha muerto. El sueño ha terminado. A sus fans les queda una responsabilidad mayúscula: ahora tendrán que aprender a soñar con sus propios medios”.Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-55748724904781678262008-07-25T18:31:00.007-05:002011-09-21T11:33:36.197-05:00Carl Stalling, nuestro primer maestro de músicaAdemás de que el Pato Lucas siempre será más humano —por celoso, traidor y ambicioso— que cualquier personaje de Disney, las viejas caricaturas de Warner nos dieron un regalo adicional: los <em>collages </em>sonoros de Carl Stalling.<br>
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<a href="http://cafenegroenlacama.blogspot.com/2008/07/carl-stalling-nuestro-primer-maestro-de.html#more">Leer más »</a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-88162672673918348372008-07-04T17:49:00.006-05:002008-07-04T18:46:26.812-05:00Qué jazzistas tan cerdosUn santo y seña forjado con interminables sesiones frente al televisor cuando éste no era visto como la nana más peligrosa del mundo occidental, dice: "¿Quién es nuestro estupendo actor? / ¿Quién nos hace gozar?..."<br /><br /><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dygoNK9wmXPfjswmx-ZPKE9Z22qwxu8fx7fqRG4udjaBu4FRZbvBZ5ZOYpb26ARB-YpV_2wnbz3XdM' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe><br /><br />Además de enseñarnos que ganarse por radio un pato negro "que hace cua-cuá" no era recomendable y de que los productos Acme llegaban rápido por correo -aunque su calidad siempre será dudosa-, <strong>El Festival de Porky</strong> nos dio a muchos entonces infantes las primeras nociones de cool jazz con <strong>Three Little Bops</strong>, una brillante paráfrasis de "Los tres cerditos y el lobo feroz" en la que los puercos hermanos eran miembros de un combo musical que dadas sus altas exigencias no abría sus filas para que un lobo con trompeta y poco talento se integrara.<br /><br />Humillado por el trío -compuesto por batería, guitarra y piano- y por el público, al lobo no le quedaba sino soplar y soplar a través de su instrumento para derrumbar primero el club erigido con paja, luego el construido con madera y por último descubrir que el de ladrillos era inexpugnable. El relato tenía un narrador y necesario es apuntar que la versión doblada en español era espléndida en su forma y contenido. Con chacota y un fraseo sensacional, se aderezaban las escenas con memorables versos como éstos: "Y poco antes de lo que les cuento/ tenían una casa de puro cemento./ Y un gran letrero allí en la puerta,/ decía muy claro que el lobo no entra. (...) El lobo feroz desapareció/ y en su lugar una gran mancha quedó./ Se le buscó en todo lugar/ pero al infierno fue a parar".<br /><br />Y es que desesperado ante tanto rechazo tras intentar colarse al exclusivo club con un ukelele, disfrazado en una maceta y como percusionista colegial con bombo, el lobo decide volar el sitio con un gran cartucho de dinamita y, por supuesto, se malogra su propósito, acabando su existencia en un caldero y convertido (¡hélas!) en el excelente trompetista que en vida no pudo ser. Pero como se trata de que el final feliz cobije a todos, el espíritu del antes frustrado asciende al escenario y se une al trío, que incluso cambia su nombre a "Los Tres Cerditos y Uno".<br /><br />Aunque inocente en apariencia y adecuada para un horario triple A, la caricatura, estrenada en cines en Estados Unidos el 5 de enero de 1957 y luego transmitida en las pantallas chicas dentro de El Festival de Porky, contiene dos lecturas que demuestran la sagacidad del guionista Warren Foster (quien después hizo trabajos más inocentes con el Oso Yogui y Charlie Brown) y del compositor Shorty Rogers (1924-1994): la primera se relaciona con Robert Johnson (1911-1938), de quien la leyenda dice que siendo un inhábil músico, una noche, cerca de una plantación en Mississippi, se encontró con el mismísimo Diablo y éste le ofreció convertirlo en el mejor blues man si a cambio le daba su alma. Johnson aceptó. El Diablo afinó la guitarra del joven, se la regresó y éste, en menos de un año, se había convertido en el Rey del Blues del Delta, capaz de escribir, tocar y cantar las más memorables canciones del género, muchas de las cuales se pueden escuchar en el <em>Robert Johnson: The Complete Recordings</em> (Columbia/ Legacy, 1990), que recibió un Grammy como grabación histórica.<br /><br />La otra interpretación puede parecer más desaforada, pero tras revisar la biografía de Shorty Rogers (1924-1994) es sencillo advertir que quien fue integrante del Woody Herman's First Herd conoció a muchos colegas que vivieron en el regularmente llamado "infierno de la droga". La heroína fue sustancia de uso común entre muchos músicos que recurrieron a ella para soportar y dar lo mejor de sí en extenuantes sesiones en clubes y estudios de grabación. Unos pudieron desengancharse de ella, otros no. La nómina de músicos con los que Rogers trabajó y que sabían de la angustia porque el conecte llegara a tiempo fueron, entre otros, el trompetista y cantante Chet Baker (1929-1988), el baterista Shelly Manne (1920-1984) y los saxofonistas Charlie Parker (1920-1955), Art Pepper (1925-1982) y Dexter Gordon (1923-1990).<br /><br />El descenso del lobo al averno y el sonido afilado que allí adquiere permiten suponer que la idea de Rogers y Warren Foster era la misma: el infierno es insoportable, pero lo que a veces se consigue en él puede ser, artísticamente, irreprochable. De hecho, en la misma vena, Rogers había participado dos años antes en uno de los filmes clave de la relación música-infierno-drogas: <em>El hombre con el brazo de oro</em> (Otto Preminger, 1955), en la que Frank Sinatra encarna a un baterista que quiere enmendarse socialmente pero reincide en la droga y su drama existencial se agudiza por la presencia de una esposa chantajista y una gavilla que lo obliga a jugar sucio al póquer.<br /><br />Caricatura excepcional por su tema, tratamiento y conclusión, <strong>Three Little Bops</strong> merece una revaloración tan grande como que consiguió la serie televisiva <strong>Jazz</strong>, de Ken Burns, y, ante todo, su retransmisión frecuente, aunque sea en horario para adultos.<br /><br />Este post fue originalmente publicado en el blog Lulú Roja hace tres años. Hoy lo exhumo porque, gracias a la Diosa Fortuna, <a onmousedown="urchinTracker('/Events/VideoWatch/ChannelNameLink');" href="http://www.youtube.com/user/McLocoMX">McLocoMX</a>, un magnífico usuario de youtube, ha subido infinidad de caricaturas con el doblaje que todos conocimos y puedes verla <a href="http://www.youtube.com/watch?v=-gD_AbxUwZk">aquí</a>. O acá:<br /><br /><br /><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dxuNHFMKnIRPiyHFeygB-r0IzQTDtPK8RFEp1cG18wUaDL0oh9NwIhC3OZeDnUN2Rb5JUyEJsRP-IQ' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-10023635319347031102008-06-26T18:19:00.007-05:002008-06-26T20:31:14.856-05:00El otro sonido del Mersey<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHsK78brl6wLeF1kxVykBdxDDYgB-sIKAwjt5oW2t0Uz7JI4XE9aWTzRnBKVlj9MFguE6GdNtFGzXO-mkGMNTQfatdPcw31YciPnpzc9rRItXZAa0DUPu23-0dvZ_gA0lHUNuf7g/s1600-h/patten.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5216336443780869394" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHsK78brl6wLeF1kxVykBdxDDYgB-sIKAwjt5oW2t0Uz7JI4XE9aWTzRnBKVlj9MFguE6GdNtFGzXO-mkGMNTQfatdPcw31YciPnpzc9rRItXZAa0DUPu23-0dvZ_gA0lHUNuf7g/s200/patten.jpg" border="0" /></a> Representantes de la ola inglesa hubo que cruzaron el océano, pero por carecer su obra de amplificación y no cantar ni pulsar instrumentos musicales, sus palabras se quedaron comiendo polvo en librerías o en cajones de editores.<br /><br />En Liverpool a mediados de los años sesenta, <a href="http://www.brianpatten.co.uk/">Brian Patten </a>(Liverpool, 1946), en compañía de Adrian Henry y Roger McGough, formó un grupo de poesía denominado <strong>The Mersey Sound</strong>. La única vez que he escuchado un poema suyo, en disco, ha sido en la voz de Linda Thompson, quien en el álbum <a href="http://www.amazon.com/Give-Sad-Song-Linda-Thompson/dp/B00005BCFC">Give me a sad song</a>, interpreta cuatro poemas de él, musicalizados por distintos compositores: “Embroidered butterflies”, “After frost”, “You missed the sunflowers at their height” y mi favorita, “Sometimes it happens”, que tiene como co-autor nada menos que a Neil Iness (<a href="http://www.rutles.org/">Rutle </a>por excelencia). En español no he visto libros de ellos, pero hoy, por el influjo de la lluvia, he pensado en Patten y por allí encontré esta traducción de Gabriel Jiménez Emán.<br /><br /><strong>La confesión del pequeño Johnny</strong><br /><br />Esta mañana,<br />portándome más bien joven y tonto.<br />tomé prestada a mi padre una ametralladora<br />que había dejado escondida desde la guerra, fui afuera<br />y eliminé a un buen número de pequeños enemigos.<br /><br />Desde entonces no he regresado a casa.<br /><br />Esta mañana<br />multitudes de policías con sabuesos<br />merodeaban alrededor de la ciudad<br />con mi descripción impresa<br />en sus mentes, preguntando:<br />"¿Lo han visto?<br /><br />Tiene siete años,<br />Como Pluto, el Super Ratón<br />y Biffo el Oso,<br />¿lo han visto por alguna parte?"<br /><br />Esta mañana<br />sentado solo en un extraño campo de juego<br />murmurando: Te has equivocado, te has equivocado,<br />una y otra vez a mí mismo,<br />resuelvo mi próximo movimiento<br />pero no puedo moverme;<br />los sabuesos me olfatearán.<br />Ellos tienen mis caramelos.Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-61663205311569080022008-06-25T16:30:00.003-05:002008-06-25T17:12:17.796-05:00Y además hacía collagesEn semanas recientes, Louis Armstrong ha estado muy presente en mis oídos y ahora, gracias a Paris Review, también me deslumbra la mirada. <a href="http://www.theparisreview.com/viewmedia.php/prmMID/5835">Aquí </a>puedes ver algunas muestras del trabajo que elaboró en el reverso de más de mil cajas que contenían cintas para grabar. La nota anuncia la aparición del libro <strong>Satchmo: The Wonderful World of Louis Armstrong</strong>, de <a href="http://stevenbrowerdesign.wordpress.com/">Steven Brower</a>, que reúne ese tesoro. Decir que se me antojó es una obviedad.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9E2N1EW6AsxiGu0ZM_r7KhGW2cz1jBac574A70tFWg8sC7huQWXM3GHpGgYAK55lYIiOKDK2_dey-Anbmgzz0cTZgexJeVo2QhImP_GXIeJ7WksrJkXtwyuBvCNPgs9jnJ9eq_w/s1600-h/satch.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5215941416840002594" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9E2N1EW6AsxiGu0ZM_r7KhGW2cz1jBac574A70tFWg8sC7huQWXM3GHpGgYAK55lYIiOKDK2_dey-Anbmgzz0cTZgexJeVo2QhImP_GXIeJ7WksrJkXtwyuBvCNPgs9jnJ9eq_w/s400/satch.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVeR1GCXWUjCV7EClnB7aSLdPb4EBCv-9oFqgGdYnHZHsIFtnwWtUHaOpgzIDABiaZdZan0HOpqxPjxDaoK-FWInTGhnUVmFONcVHq6f9OG5zCWAXMP18QGd34TAbUxoO-9zSmeg/s1600-h/satchmo.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5215935424263994354" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVeR1GCXWUjCV7EClnB7aSLdPb4EBCv-9oFqgGdYnHZHsIFtnwWtUHaOpgzIDABiaZdZan0HOpqxPjxDaoK-FWInTGhnUVmFONcVHq6f9OG5zCWAXMP18QGd34TAbUxoO-9zSmeg/s400/satchmo.jpg" border="0" /></a></p><p> </p>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-54097420825018018242008-03-11T15:59:00.011-06:002016-10-18T12:19:18.760-05:00Todos (ejem) somos Zimmy<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha871sak-iVOr7ydcb_HaLQuUtQi2U88mWqWPEjS40irDs2M08Ie-FsEK6NtGTGatVGn2M9Jw2Ib_stgPjMv_G8S4IiEADBs_r7Fy_Mu8WafNFfyPYKw_0YfwglUCPqwuESi1Buw/s1600-h/dyl.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5187397019058909666" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEha871sak-iVOr7ydcb_HaLQuUtQi2U88mWqWPEjS40irDs2M08Ie-FsEK6NtGTGatVGn2M9Jw2Ib_stgPjMv_G8S4IiEADBs_r7Fy_Mu8WafNFfyPYKw_0YfwglUCPqwuESi1Buw/s400/dyl.jpg" style="cursor: hand; display: block; margin: 0px auto 10px; text-align: center;" /></a><br />
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Si tu vida ha marchado bien sin necesidad de que sepas quiénes son <a href="http://www.allalongthewatchtower.dk/phorum/read.php?1,359765,359781">Suze Rotolo</a>, <a href="http://expectingrain.com/dok/who/d/dylansara.html">Sara Lownds</a>, <a href="http://theband.hiof.no/articles/agg_musician_june_1987.html">Albert Grossman</a>, <a href="http://www.peteseeger.net/">Pete Seeger</a>, <a href="http://www.woodyguthrie.org/biography/biography1.htm">Woody Guthrie</a>, <a href="http://www.allenginsberg.org/">Allen Ginsberg</a>, <a href="http://www.joanbaez.com/">Joan Baez</a>, <a href="http://www.bobneuwirth.com/">Bob Neuwirth </a>y <a href="http://expectingrain.com/dok/who/j/judsonhorace.html">Horace Judson</a>, entre otros, es probable que <strong><a href="http://www.imnotthere-movie.com/">I’m not there </a></strong>te parezca un filme tan torcido como las líneas de esta <a href="http://www.youtube.com/watch?v=MAbtg9dz5P0">canción</a>:<br />
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<em>Ah get born, keep warm<br />short pants, romance, learn to dance<br />get dressed, get blessed<br />try to be a success<br />please her, please him, buy gifts<br />don't steal, don't lift<br />twenty years of schoolin'<br />and they put you on the day shift…</em><br />
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Y salgas a la noche preguntándote si no ha sido todo una vacilada para que Dylan, inaprensible, fugitivo, resulte aún más complejo de asir.<br />
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A la manera de <strong><a href="http://www.nytimes.com/2004/10/05/books/05masl.html">Chronicles</a></strong>, el primer tomo autobiográfico de Dylan, la película de Todd Haynes está armada con una serie de postales cuyas palabras ayudan, a veces, a entender el contexto de la imagen, y en otras sólo conectan con quien conozca generalidades biográficas de Dylan. ¿Detalles? No hay tantos en el filme. De hecho, abundan las escenas que tienen plena correspondencia con la mitología, mas no con los hechos. Por ejemplo, un Pete Seeger de mentiritas, enfurecido por la irreverencia eléctrica y el alto volumen con que Jude Story y sus muchachos desmelenan a los asistentes a un festival folk (Newport 1965), coge un hacha para cortar el cable de la energía y Grossman —el manager que con turbios negocios se benefició en los años sesenta con el 50% de los derechos que las canciones de su protegido producían— se le va encima para impedírselo. Hay gente y periodistas que juran haber visto ese incidente, pero ha sido el mismo Seeger quien les ha puesto un mentís en diversas entrevistas y jura y perjura que no tomó ningún instrumento para poner el orden, aunque él señala que ni su esposa le cree.<br />
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Las fuentes de Haynes son, en apariencia, sencillas de hallar. Hay referencias a los documentales <a href="http://www.youtube.com/watch?v=jxGrGaVipQc">Don’t look back</a> y <a href="http://www.youtube.com/watch?v=Htt9rKEek0g">Eat the document</a>, al ya referido <em>Chronicles </em>—donde por allí afirma su autor que Denzel Washington podría interpretar a Woody Guthrie en la pantalla grande— , a <em>Dylan</em>, de Howard Sounes —disponible en español como <em>Dylan, la biografía</em> (Reservoir Books, Random House Mondadori)—, el extenso volumen de entrevistas editado por Rolling Stone, <em><a href="http://www.newyorker.com/archive/2006/09/04/060904crbo_books">The Essential Interviews</a></em>, de donde se extrajeron no pocas ideas (un largo recitativo del Woody Guthrie de once años tiene su origen en la charla que Nat Hentoff, de Playboy, sosutuvo con el compositor:</div>
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<strong>Hentoff: </strong><em>What made you decide to go the rock n' roll route?</em></div>
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<strong>Dylan: </strong>Carelessness. I lost my one true love. I start drinking. The first thing I know, I'm in a card game. Then I'm in a crap game. I wake up in a pool hall. Then this big Mexican lady drags me off the table, takes me to Philadelphia. She leaves me alone in her house, and it burns down. I wind up in Phoenix. I get a job as a Chinaman. I start working in a dime store, and move in with a 13-year old girl. Then this big Mexican lady from Philadelphia comes in and burns down the house. I go to Dallas. I get a job as a "before" in a Charles Atlas "before and after" ad. I move in with a delivery boy who can cook fantastic chili and hot dogs. Then this 13-year old girl from Phoenix comes and burns the house down. The delivery boy, he ain't so mild. He gives her the knife, and the next thing you know I'm in Omaha. It's so cold there, by this time I am robbin' my own bicycles and frying my own fish. I stumble into some luck and get a job as a carburator out at the hot-rod races every Thursday night. I move in with a High School teacher who does a little plumbing on the side, who ain't much to look at, but who's built a special kind of refigerator that can turn newspaper into lettuce. Everything's going good until that delivery boy shows up and tries to knife me. Needless to say, he burned the house down, and I hit the road. The first guy who picked me up asked me if I wanted to be a star. After what I'd been through, how could I refuse?</div>
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<strong>Hentoff</strong>: <em>And thats how you became a rock n' roll singer? </em><br />
<strong>Dylan</strong>: No, thats how I got tuberculosis.</div>
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En lo visual, las influencias tienen mucho de Fellini —<a href="http://www.youtube.com/watch?v=XsAkWc7c8Mo">8 ½</a>—, algo del <em>cinéma vérité </em>y no poco del documental de D.A. Pennebaker (<em>Don't look back</em>). Vista a la distancia (su <em>premiere</em> fue hace más de dos meses), tengo la impresión de que <em>I'm not there</em> es un mero juego de <strong><a href="http://www.bebesenlaweb.com.ar/juegos/memotest.html">Memoria </a></strong>para los obsesos de Dylan que se la pasarán bomba diciendo: "¡¡Ése es Fulano... y aquél es Zutano!!" porque más allá de eso la trama salta en direcciones arbitrarias —que tal vez satisfagan a los amantes del cine duro de tragar—, en apuntes humorísticos bien logrados —The Beatles como ardillas dopadas y excitadas— y en escenas dramáticas construidas con concreto armado (el papel de Suze-Sara le queda muy grande a Charlotte Gainsbourg).</div>
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<em></em></div>
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<em>I'm not there </em>es un vehículo promocional más para una figura enigmática. Puesto a elegir, me quedo con algunos libros y documentales sobre <em>Zimmy</em>... y, por supuesto, con la memoria de dos noches ante él.</div>
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Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-21599829670478337862007-11-13T19:48:00.000-06:002007-11-14T10:53:05.361-06:00There´s a place... ¿y cómo es el tuyo?The Beatles fueron de los primeros en asegurar aquello de "<a id="lyrid" style="COLOR: rgb(5,5,5)">There's a place where I can go when I feel low, when I feel blue... and it's my mind</a>". Años después, Paul Weller cantaba en "Uh Huh Oh Yeh": And in my mind I saw the place, as each memory returned to trace dear reminders of who I am, the very roots upon which I stand...".<br /><br />Esto viene a cuento por una invitación de <a href="http://maspimienta.blogspot.com/">G.</a>, quien ha propuesto un desafiante juego: ¿Cómo sería tu mente si fuera una morada?<br />Aquí, mi respuesta:<br /><br />Los muros son unos blancos y otros de ladrillo antiguo; grandes ventanales, piso de duela (con tapetes mullidos en zonas estratégicas), muebles de madera, sillones cómodos, mesas para la lectura bien iluminadas… todo rodeado con un jardín pequeño pero con flora abundante.<br /><br />Muchas paredes son prácticamente invisibles porque están tapizadas con libros y discos. En materia bibliográfica, las secciones son de música (biografías, ensayos, enciclopedias, antologías de reportajes y una amplia hemeroteca con colecciones bien surtidas de Mojo, Q —no la actual, sino la de hace 10 años—, Melody Maker, New Musical Express, Musician, Option, Jazziz, Downbeat y un infinito etcétera), ensayo, artes plásticas, poesía y narrativa. También hay una sala con suplementos y revistas literarias.<br /><br />Doquiera hay cuadernos y hojas para escribir, dibujar y pintar, así como materiales de todo tipo (crayones, lápices, pinturas). No falta la máquina de escribir portátil Brother, donde pergeñé tantos textos.<br /><br />Los discos están ordenados por géneros y todo mantiene orden alfabético. Habrá LPs y CDs de rock, jazz, música clásica y nostalgia; es decir, aquello que sonaba en la radio de AM cuando era pequeño y que escapa a las categorías. Nada de descargas, por favor. Toda la música tiene allí un estuche que posee un valor bien correspondido con el sonido.<br /><br />La asimilación de lecturas y música es allí tan honda que hay oportunidad de charlar con autores, personajes, compositores… abundan más, de mi parte, las invitaciones a desayunar que a cenar.<br /><br />Los recuerdos están albergados en habitaciones interconectadas. En ellas el orden es imposible e improbable, pero resulta sencillo localizar voces, imágenes, así como fotografías, objetos, juguetes, películas y demás artefactos que justifican el afán fetichista. No faltan los pañuelos Kleenex. Hay límites: no tengo allí una réplica de la recámara que tuve a los doce años… se trata de asomarse a los recuerdos, no de vivir en ellos. Hay, por supuesto, habitaciones con acceso restringido y en el que yace el origen de las experiencias que dejan lecciones: fracasos, dolores, decisiones equivocadas…<br /><br />Las ventanas y puertas dan a distintas estaciones del año y horas del día: en unas hay un permanente amanecer, en otras es siempre otoño, en aquéllas hay lluvia matutina, en otras un chipi-chipi de viernes por la tarde.<br /><br />Hay una amplia área para beber café o un vino tinto, con reminiscencias a espacios entrañables (el cafecito cercano a Intoxica —una discotienda en Londres especializada en LPs—, un café en Coatepec, el Barracuda cuando tenía rocola con álbumes de The Style Council y Morrissey)... y no faltan los reductos imaginados o vistos en una página, en una película...<br /><br />Existen espacios, desde luego, para transitar más allá de la morada: calles, parques y paisajes donde me he sentido pleno.<br /><br />Es, quiero creer, una zona regida por la paz (lo que no excluye la música de John Zorn ni alguno que otro alucine, producido por sonidos, lecturas o por la experiencia amorosa).<br /><br />***<br />Si has llegado acá, te invito a que cuentes cómo sería (o es) tu mente.Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-11799247914459860202007-10-23T19:40:00.000-05:002007-10-30T17:10:50.264-06:00You are on the top<span style="font-family:trebuchet ms;">Haciendo limpieza en "mis favoritos" en la pc de la oficina, reencontré una curiosidad. ¿Sabes quién estaba en el número uno de popularidad-ventas cuando decidiste hacerte de nombre y apellidos? Si quieres saber cuál estrella hay que adicionar en tu carta astral, dale click </span><a href="http://www.thisdayinmusic.com/member/birthdayno1.php"><span style="font-family:trebuchet ms;">aquí mero</span></a><span style="font-family:trebuchet ms;">.<br /><br />Resulta que cuando yo aparecí ene scena, en Reino Unido sonaba "Telstar" con The Tornados, producido por Joe Meek. Y en Estados Unidos, "He's a rebel", con The Crystals, producida por Phil Spector. Genios ambos, ¿será una señal?<br /><br />Habría que incluir las canciones que halles en tu próxima fiesta de cumpleaños.<br /><br />¿Y qué sonaba cuando te dieron la primera nalgada?</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-19977020711121800202007-10-17T12:32:00.000-05:002007-10-17T12:43:35.926-05:00La frase de hoy"Escuchar a Captain Beefheart es descubrir a alguien que está reinventando el lenguaje del rock. Con guitarra eléctrica, bajo y batería hace una música poética. Se puede analizar una canción de The Beatles y ver cómo se pasa de un acorde a otro. Está muy bien hecha, como una mesa preciosa. Con Beefheart, no sabes dónde están las patas de la mesa, si la miras al derecho o al revés".<br /><div align="right">—Hector Zazou</div>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-40747985387102311672007-09-21T17:37:00.000-05:002007-10-12T17:14:08.833-05:00Valéry y el scat<span style="font-family:trebuchet ms;">Dijo el autor de "El cementerio marino": <span style="color:#996633;">"Primero fue el ritmo y luego ciertas palabras que, flotantes pero cada vez más próximas, empezaron a encontrar su sitio en aquel fluir rítmico...".</span></span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#6600cc;"></span><br /><span style="font-family:Trebuchet MS;color:#6600cc;">¿Leyó Anita O'Day a Valéry?</span><br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPpE94ADd0hG_6Cpzm5yu8Mc3qW15qDU6v25KqUeM7wVtui5h7iulwyVLLW0XrhSCkYuEGGklvWzpWn-9rOk6cMjX_JSaOQ_pe1iRPSE6_xGEbpoJvdfvSmkO1tyWLXj70ds1r0A/s1600-h/anita_oday.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5112791996981149890" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPpE94ADd0hG_6Cpzm5yu8Mc3qW15qDU6v25KqUeM7wVtui5h7iulwyVLLW0XrhSCkYuEGGklvWzpWn-9rOk6cMjX_JSaOQ_pe1iRPSE6_xGEbpoJvdfvSmkO1tyWLXj70ds1r0A/s200/anita_oday.jpg" border="0" /></a>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-22164496941576648522007-09-17T15:53:00.000-05:002007-10-12T17:14:44.361-05:00So lonely<span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">No siento aún impulsos por ver a The Police a un precio similar en proporción al que pagaron algunos por verlos hace muchos años en el Hotel de México ($1,100.oo... que, devaluaciones, inflación y resta de ceros por medio, son algo así como once centavos de hoy).</span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;"></span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">Sting me parece un pavorreal sin plumas y me da un poco de tristeza imaginar a Andy Summers deletreando esas canciones que seguramente desde siempre le han parecido de kinder. Recuerdo con aprecio los arreos del guitarrista para evitar cualquier guiño a The Police en un concierto que dio en octubre de 2002 en el Teatro de la Ciudad. Nomás para calmar a uno que otro obseso con "Roxanne", en el <em>encore </em>entregó una versión instrumental de "Message in a bottle", dejando que los de las butacas se encargaran de versos y coritos.</span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;"></span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">En cambio, Sting cada vez me inspira mayor laxitud. La última vez que lo vi en el Palacio de los Deportes se dedicó, sin pudor, a pulir baladas que a Raúl DiBlasio le deben parecer preciosas. Su "Roxanne" fue penosísima, alargando innecesariamente la parte en que los espectadores le hacen segunda. Los ocho minutos que duró esa tortura confirmaron que el magnetismo del otrora profesor de futbol se acabó, que mejor se dedique a promover el sexo tántrico en el Amazonas.</span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;"><br />De Stewart Copeland no puedo decir mucho. La única vez que lo tuve frente a mí no traía baquetas y sí una amable disposición para platicar de The Police. </span><a href="http://estoespop.bitacoras.com/archivos/2005/10/22/stewart-copeland-the-police-se-convirtio-en-jaula-de-oro-y-la-unica-manera-de-salir-fue-reventarla2"><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">Acá puedes ver lo que contó</span></a><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">.<br /></span><br /></span><span style="font-family:trebuchet ms;color:#333333;">Sting dijo alguna vez que la idea de reunirse con sus ex compañeros era tan atractiva como la que puede tener un divorciado por volver con la ex cuando en la memoria sólo quedan pleitos interminables. ¿A quién entonces se le antoja ver a ese matrimonio recompuesto que se la pasa diciendo "De do do do, de da da da"?</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-42729137459260923442007-09-14T18:18:00.000-05:002007-10-12T17:28:55.464-05:00La verdad desnuda sobre "I'm not there" está en Playboy<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOlCbBGNvJMi6b2MA7ZT-vrsmKL7QTD2ImdzvOffmJDQCqYGXJKjLqgbgj-gi1XWGDIX8dLiRkyyPuP7fVs4ZlTfHS1CulpRk_0esljE59ag067Okf5l830LWLj7i4_npxkIQ_3g/s1600-h/dyla.jpg"></a><span style="font-family:trebuchet ms;">En 1966, en la introducción a la entrevista que Dylan concedió a <em>Playboy</em>, Nat Hentoff, el paciente interrogador, comenta que la ropa oscura, botas y gafas del autor de "All I really want to do" son también seña de identidad entre muchos jóvenes. Y no sólo hombres, sino también chicas que, desafiantes, visten así. O sea, Cate Blanchett no es la primera.</span> <div><div><div><span style="font-family:trebuchet ms;"></span></div><div><span style="font-family:trebuchet ms;">Y en otra entrevista con la misma publicación, aparecida en marzo de 1978 y que debo tener por allí guardada en su edición mexicana (se llamaba <em>Caballero </em>y confieso que la adquirí siendo menor de edad... y no por Dylan), se da el siguiente diálogo:</span></div><div><span style="font-family:trebuchet ms;"></span></div><div><span style="font-family:trebuchet ms;"><strong>Dylan</strong>: We could make a movie and you could be Bob Dylan, it would'nt matter.</span></div><div><span style="font-family:trebuchet ms;"><strong>Rosenbaum</strong>: But if there are two Bob Dylans in the film and Renaldo is always changing ...</span></div><div><span style="font-family:trebuchet ms;"><strong>Dylan</strong>: Well, it could be worse, it could be three or four.</span></div></div></div>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-41823192799090565042007-09-11T16:47:00.000-05:002007-10-12T17:28:32.188-05:00Hedor<span style="font-family:trebuchet ms;">Dice Greil Marcus: "Algunas veces el país construido en la lista de popularidad de discos cambia más rápido que el mismo país. En su sentido más intenso, esa lista no es un reflejo de los eventos consignados en los periódicos —o incluso de los eventos que margina la prensa pero de los que de alguna manera se habla— sino una versión de ellos. Así, lo estúpido, el cliché y lo insípido se convierten de un momento a otro en la Verdad."<br /><br />Mientras intento descifrar esto, la radio —o con más precisión: La Zeta— espeta su exitoso repertorio en la fonda donde infructuosamente hinco el diente a un remedo de carne asada. A mi lado, un solitario lee un diario, ¿pero lo lee o en realidad se regodea en las fotografías de accidentes, crímenes y de turgentes y anónimas modelos que con una historia de doscientos cincuenta caracteres adquieren nombre e identidad? El sonsonete que emerge de una canción (?) de Cuisillos espesa el ambiente... los efectos de su carencia de acuerdos sonoros confirma que entre el oído y el olfato hay conexiones insospechadas. En apariencia, esa suma de sonidos se puede tolerar al volumen que ahora está, pero en cambio torna irrespirable el aire. Los clichés gruperos hieden. Dejar que esas voces laceren los sentidos es como asomarse a un bote de basura orgánica, rebosante y fermentada desde hace varios días. Escapo.<br /><br />Llego al Parque Lincoln. Dos jóvenes discuten en una banca cercana sobre las declaraciones de un policía de alto rango, quien aseguró ante los medios que las explosiones de gasoductos estaban anunciadas desde unos días antes. De allí pasan a comentar la carrera de autos —que a cierta velocidad vuelan y se llevan a todos los mirones— anunciada por el jefe de gobierno de esta ciudad y que en unos días tendrá como escenario el Paseo de la Reforma. ¿Y qué <em>se ficieron </em>los afanes ciclistas del mandatario de izquierda? ¿No sabe cuánto contaminan esos vehículos con su pedorrera de varios miles de caballos de potencia?<br /><br />Un deslumbrante vehículo pasa con el escape abierto y pegada a la mierda que de allí emerge también se adivina un tema de K-Paz de la Sierra que versa sobre "una vecinita que está muy bonita". De nueva cuenta esa vibración que sacude mi oído se ha vuelto hedor.<br /><br />Y vuelvo al párrafo de Marcus que sigo sin entender.</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-39069725429134601912007-09-04T18:03:00.000-05:002007-10-12T17:28:04.850-05:00Callas y hallas<span style="font-family:trebuchet ms;">No sé qué hacer con esto porque a ratos me parece una paráfrasis ingenua y a veces me da la impresión de que es válida. ¿La guardo para mí? ¿Puede abordarse con semejante lenguaje y con solemnidad un asunto —la música pop— que invita al desmadre sino físico sí cerebral y anímico? Bueno, lo cuelgo de una vez.</span><br /><br /><span style="font-family:trebuchet ms;">El origen data del antepasado fin de semana. Le lectura de un libro de hace cincuenta años se convirtió en un juego en el que intercambié algunos vocablos —pocos en realidad— y el resultado arroja luz sobre algo que los melómanos hemos sentido, mas no sé si hemos alcanzado a expresar con claridad.</span><br /><br /><span style="font-family:trebuchet ms;">El nombre del autor y del libro los daré después. Dejo aquí lo leído:</span><br /><br /><span style="font-family:trebuchet ms;">La música revela este mundo; crea otro. Aísla; une. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Niega la historia: en su seno se resuelven todos los conflictos objetivos y el ser humano adquiere al fin conciencia de ser algo más que tránsito. Arte de hablar en una forma superior; lenguaje primitivo. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno, del limbo. Voz común, lengua de los escogidos, palabra del solitario.<br /><br />La música utiliza, adapta o imita el fondo común de su época —esto es, el estilo de su tiempo— pero trasmuta todos estos materiales y realiza una obra única.<br /><br /><blockquote>Para algunos la música es la experiencia del abandono; para otros, del rigor.<br /></blockquote><br />La gente más joven escucha música para ayudarse a expresar o conocer sus sentimientos, como si sólo en la música las borrosas, presentidas facciones del amor, de la soledad, de la individualidad pudieses contemplarse con nitidez. Cada escucha busca algo en la canción. Y no es insólito que lo encuentre: ya lo llevaba dentro.<br /><br />Todos, así haya sido por una fracción de segundo, hemos vislumbrado un estado de arrobamiento. No es necesario ser un místico para rozar esta certidumbre. Todos hemos sido niños. Todos hemos amado. El amor es un estado de reunión y participación, abierto a los seres humanos: en el acto amoroso la conciencia es como la ola que, vencido el obstáculo, antes de desplomarse se yergue en una plenitud en la que todo —forma y movimiento, impulso hacia arriba y fuerza de gravedad— alcanza un equilibrio sin apoyo, sustentando en sí mismo. Quietud del movimiento. Ese instante contiene todos los instantes. Sin dejar de fluir, el tiempo se detiene, colmado de sí.<br /><br /><blockquote><span style="font-size:130%;">La canción es mediación, por gracia suya, el tiempo original, padre de los<br />tiempos, encarna en un instante.</span></blockquote>La sucesión se convierte en presente puro, manantial que se alimenta a sí mismo y trasmuta al ser humano. La canción crea imágenes y estas imágenes hacen del escucha imagen, poesía.</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-35447467305114563592007-08-29T12:54:00.000-05:002007-10-12T17:29:53.871-05:00Por eso no me asomo al Obituario del NYT<span style="font-family:trebuchet ms;">Llevaba días sin verlo, mas hoy no he resistido y me entero que Hilly Kristal, </span><a href="http://www.nytimes.com/2007/08/29/arts/music/29cnd-kristal.html?_r=1&ref=obituaries&oref=slogin"><span style="font-family:trebuchet ms;">el dueño del CBGB's </span></a><span style="font-family:trebuchet ms;">ya alcanzó a los integrantes de Ramones que se adelantaron. <em>Good grief...</em> (Charlie Brown <em>dixit</em>.)</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-14055002205650165202007-08-22T17:42:00.000-05:002007-10-12T17:32:11.406-05:00De última hora<span style="font-family:trebuchet ms;">Eno está trabajando con coldplay en su nuevo disco. ¿Qué decir? Los sueños de chris martin por ser el nuevo bono no conocen límite. Sólo quiero dejar constancia de que Eno no (Bonono Enono) es santo en este blog. De acuerdo, <em>Here come the warm jets </em>tiene su chiste, como lo tienen otros redondos del no-músico que también tutela a los más bárbaros egomaniacos, y cada quien tiene derecho a llenar su cuenta bancaria con todos los recursos posibles, pero esto de trabajar con dioses invertebrados sin testosterona... puaj. </span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;"></span><br /><span style="font-family:trebuchet ms;">p.d. Aviso a los fans de tom waits: Scarlett Johansson está por lanzar un álbum con canciones del tan celebrado pandroso de ornato. Avisados están.</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-9925438082770366582007-08-22T16:08:00.000-05:002007-10-12T17:29:29.891-05:00Grabando en piedra<span style="font-family:trebuchet ms;">Me acuerdo de la primera grabación que hice. Fue en una radio-grabadora portátil de cassette. Después de jugar con play y record, teclas que debían ser oprimidas simultáneamente, grabé un episodio entero de Los Picapiedra, en las que éstos y los Mármol discuten por equis razón y sus hijos —Peebles y Bam-Bam— deciden irse de sus casas para poner fin a la disputa. A pesar de su corta edad, o no sé si por obra de los encargados del doblaje, pero lo cierto es que se podía entender ligeramente lo que decían ambos críos. Cuando se van, Peebles, gateando y atrás de Bam-Bam, algo le pregunta a él, y éste responde una frase que en mi memoria suena a: "Yo voy a Kisibi". Sobra decir que el final era predecible. Los niños son hallados por sus acongojados padres, quienes se dan cuenta de sus errores, prometen ser mejores y bla bla bla... </span><br /><br /><span style="font-family:trebuchet ms;">Al terminar la grabación, me di cuenta que en el cassette de treinta minutos en cada lado cabía entero el programa, sin comerciales, porque duraba veinte (algo enorme, un programa que era visión, sonido y ritual, entraba sin problema en algo pequeño, una cinta de plástico), pero lo más importante fue descubrir que mi oído activaba a otros sentidos y ya no era necesario esperar a las cinco treinta de la tarde para acercarme al tema de The Flintstones. Escuché el programa a las ocho treinta de la noche, ajeno a lo que daban por la televisión. Y volví a él, asombrado y bajo las cobijas a las once de la noche y una vez más en la madrugada. Sentí que podía, por vez primera, detener el tiempo, guardarlo y transportarlo. Tenía yo diez años.</span>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19586480.post-62096298076027395472007-08-16T16:25:00.000-05:002007-08-16T17:00:41.119-05:00<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCmQyZ9hSFY0KUUC4c5HhBsj94qev1f3iMyLgwKLPeQmj6oUbCoePj_LQjRQ6xgPVj6ED5Rqt1NxfM8ULskDxALTsCafrWoRpddyxJrVYcSHy9afSeL1wGqZLqiUkTIaDkYcTQXg/s1600-h/eno.jpg"></a><br /><div>Treinta sin Elvis, treinta del estallido punk (<em><span style="color:#ff0000;">Never mind the bollocks </span></em>apareció el mero día que cumplí quince años en compañía de infumables compañeros de vocacional y pastelazo que me dejó rendir tributo a Kiss... me encantaría mentir y asegurar que recibí el plato producido por Chris Thomas unas semanas después), cuarenta de <em><span style="color:#993399;">Sgt. Pepper's lonely hearts club band </span></em>y otros tantos de <em><span style="color:#cc9933;">The Velvet Underground & Nico</span></em>.</div><br /><div><div><div></div><div></div><div></div><div><strong><span style="color:#000000;">Recuerdo </span></strong>que compré el <span style="color:#3333ff;"><em>Here come the warm jets</em></span> de <span style="color:#330099;">Eno</span> en una discotienda hoy desaparecida, llamada El Sonido Discotheque, en el corazón de la Zona Rosa. A pesar de su nombre y de que tenían vinilos importados de <strong><span style="color:#ff9966;">Chic </span></strong>y de que allí conseguí —para el primer <em>dj </em>mexicano del que tuve noticia y que trabajaba conmigo en un sitio innombrable— el maxi-single de "Blue monday", también tenían un par de sencillos de <span style="color:#666666;"><strong>Rip Rig + Panic</strong></span> a precios muy lejanos de mi bolsillo. El de Eno lo adquirí llevado por la curiosidad. Sólo sabía de su paso por Roxy Music y me causaban gracias los "pssssssssss" que soltaba en "Sound and vision" de Bowie. Me impresionó la nónima de colaboradores, donde aparecían Fripp y Manzanera. Como vaticinio de su extraño sabor, recuerdo que me encerré en mi cuarto y sobre el banco del restirador puse un plato con dos rebanadas de piña y un vaso inmenso con leche. Fue lo único que comí ese jueves. El LP también me sació como pocos lo habían hecho. Muchos años después, en una revista de medicina, leí que "Baby's on fire" (Lado A, track 3) era el segundo solo de guitarra más peligroso para el oído si era escuchado con audífonos y volumen alto. El primer lugar lo tenía Kiz Richards con ya no me acuerdo cuál tema.</div><br /><div></div><div></div><br /><div></div><br /><br /><br /><div></div></div></div>Sonic Reducerhttp://www.blogger.com/profile/14527130566918077611noreply@blogger.com6